Cuantas cosas, personas, situaciones, damos por sentado sin percartarnos de lo importantes que pueden ser en nuestra vida.
Algo así como este momento:
Una mañana de silencio con el sonido de lluvia de fondo. En mi hogar, el lugar seguro que me construí para mi y mis seres queridos.
Tomando mate. Uno de mis rituales más viejos.
Soñando pero también planeando cuáles son los siguientes pasos en mi vida. Descubriendo todo lo que hasta este punto de la vida ni siquiera sabía que podía sentir o que podría ser.
Agradeciendo por ese deseo que me habita, ese empuje que siempre me lleva a ir por más, no importa que tan gris este afuera.
Agradeciendo por todas las ayudas, humanas y espirituales ¿por qué no? Que se van presentando como señales y oasis de descanso para mi alma.
Por mucho que de vueltas en mi cabeza, estoy aprendiendo a no resistir, a elegir sabiamente que luchas valen la pena dar.
Y, a disfrutar, en el medio de este trajin, llamado vida.